SHIRAZ
¡Salud, Shiraz, ciudad incomparable!
¡Que el cielo te libre de todo daño!
Mil y mil alabanzas a ésta tierra
que el cielo colma de tantos esplendores.
La brisa que corrió entre Jaferabad y Mosella,
después de haberte rozado, ¡oh, Shiraz!
se aroma del perfume de ámbar gris.
¡Oh, peregrinos, romeros del amor!
Acudid a Shiraz y el amor, si el corazón lo pide,
os colmará de dones.
Brisa de la mañana: ¿Qué noticias me traes
de la belleza que me aturde?
No me arranquéis a mi sueño. Porque
al mirarlo, ya no siento mi abandono.
Si lo que desea mi ídolo, ¡oh corazón!
es tu sangre, dásela sin pensar.
Si la ausencia, ¡oh, Shejim! puede
afligirte tanto, ¿qué palabras hallarás
para cantar tu alegría, cuando vuelvas a verla?
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