domingo, 21 de marzo de 2010

Pedro G. Romero: "El que aún escribe cartas es que quiere ser artista"

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Pedro G. Romero: "El que aún escribe cartas es que quiere ser artista"

Noticias EFE Alfredo Valenzuela

Sevilla, 21 mar (EFE).- El artista conceptual Pedro G. Romero, asesor y director artístico del bailaor Israel Galván y autor de la narración con forma epistolar "Las correspondencias" (Periférica), ha dicho a Efe que el ejercicio de escribir cartas ya no es algo natural y que "el que aún escribe cartas es que quiere ser artista".

Siempre con humor, Pedro G. Romero explicó que, precisamente, el título de su libro, "Las correspondencias", se debe a que "se canta lo que se pierde".

"Yo apenas envío cartas, eso ya no se emplea como medio de comunicación, es algo que tiene que ver con el pasado, pero no algo que sirva para comunicarse con normalidad", aseguró el autor, para citar a Ferlosio, según el cual las cartas "han vuelto a su origen", en el sentido de que se emplean como conductos oficiales, "para cosas del Reino, los notarios y los abogados o cosas de Hacienda", añadió Romero.

No obstante, Pedro G. Romero se mostró muy interesado por la persistencia de las cartas tradicionales como "ese pulso con lo material" al que han desplazado los nuevos sistemas de comunicación electrónicos.

Prueba de ese interés son estas "correspondencias" o textos que el autor escribió para una pieza de la pasada Bienal de Arte Contemporáneo de Venecia y que, al ir a preparar su edición digital, el comisario de la exposición de la que formó parte aquella pieza, Valentín Roma, sugirió publicar como narración en forma de libro, al encontrarle un innegable carácter narrativo.

Romero creó para Bienal de Venecia "una ficción que bien pudiera ser muy real", ya que tomó el nombre y los apellidos de varios habitantes reales de la ciudad de Venecia, en la que el año pasado vivió durante varios meses, y los convirtió en anónimos e involuntarios participantes de estas "Correspondencias".

Las cartas, escritas a mano y traducidas al italiano, fueron enviadas a estos venecianos, algunos de los cuales, confesó Romero, se interesaron por el asunto y asistieron a la Bienal -la prensa veneciana dio noticia de "Las correspondencias" en el momento que se estaban produciendo-, donde fueron invitados a leer los textos completos que integran "Las correspondencias".

Pedro G. Romero señaló que lo que siempre le ha interesado de los textos es "su carácter preliterario" y señaló que, si sus "Correspondencias" se han convertido en "algo literario", ha sido porque la editorial Periférica así lo ha decidido, dándole a esta "cosa" suya forma de libro.

También aseguró que él no responde "a la figura del autor", de "ese autor con mayúsculas que tiene una necesidad de expresarse haciendo su literatura", si bien admitió haber escrito siempre y que su "producción como artista visual ha necesitado siempre de las palabras como gasolina".

Su labor, insistió, se sitúa fuera de la literatura, "en esa tierra desconocida y movediza donde no queda claro dónde se asigna el trabajo"

La pieza de Romero formó parte del proyecto "La comunidad inconfesable", de Valentín Roma, quien a su vez se inspiró "en la teoría de Maurice Blanchot de que todos los lectores que leen un mismo libro forman parte de una comunidad, de un vínculo inconfesable", según explicó el propio Romero, quien se interesó más por esta idea que establecer una correspondencia entre desconocidos "al modo Paul Auster".

Las tres primeras cartas del libro, que dan lugar a las demás, son literales y de otros tantos autores, de Pier Paolo Pasolini (sacada de sus "Cartas luteranas"), de Antonio Gramsci (sacada de sus "Cartas desde la cárcel") y de Natalia Ginzburg (sacada de "Querido Miguel"). EFE

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